Vivimos corriendo de un lugar a otro, con mil pendientes, sin darnos cuenta de que nos estamos olvidando de lo más importante: nosotros mismos. El fitness espiritual propone un cambio: haz una pausa, solo cinco minutos al día para reconectar con tu esencia.

¿Qué puedes hacer en esos cinco minutos?

• • Cierra los ojos y respira profundo tres veces.
  • Lleva tu atención al corazón.
  • Pregúntate: “¿Cómo me siento?”
  • Agradece por una sola cosa.
  • Repite una frase que te empodere.

Ejemplo práctico: Estoy bien. Estoy a salvo. Estoy aquí para crecer. Gracias por este momento.

Haz esto al despertar o antes de dormir. La constancia transforma.

Mantra:
“Este tiempo es solo para mí.”