1. ¿Qué está tratando de decirme mi cuerpo? Escucha los síntomas como mensajes, no como enemigos. Cada señal tiene un propósito.
2. ¿Cuándo me siento mejor y qué estoy haciendo diferente esos días? Identifica patrones positivos en tu rutina, alimentación, descanso y estado emocional.
3. ¿Qué puedo cambiar HOY que esté completamente bajo mi control? Enfócate en acciones inmediatas: hidratación, respiración, movimiento suave, o una mejor elección alimentaria.
4. ¿Cómo está mi equilibrio entre descanso, nutrición y movimiento? Evalúa estos tres pilares fundamentales de manera práctica y realista.
5. ¿Qué emociones o estrés estoy cargando y cómo puedo liberarlos sanamente? Reconoce la conexión mente-cuerpo y busca formas constructivas de procesar las emociones.
6. ¿Qué apoyo necesito y a quién puedo pedírselo? Identifica tu red de apoyo: médicos, familia, amigos, grupos de apoyo o profesionales especializados.
7. ¿Qué pequeña mejora puedo celebrar hoy? Reconoce cualquier progreso, por mínimo que sea, para mantener la motivación y perspectiva positiva.
Estas preguntas te ayudarán a pasar de ser víctima de la enfermedad a ser protagonista activo de tu recuperación y bienestar.
Tu eres el protagonista de tu vida, sé responsable de tus acciones y resultados en tu vida.
¿Te interesa mejorar alguno?